Empieza con el amanecer de la cultura minoica en Creta en el 2000 a. C.  Una cultura cuyos restos arqueológicos de palacios sin amurallar  sugieren una extraña utopía de paz y gobierno de las mujeres. Este mundo  perfecto fue destruido por una invasión de pueblos bárbaros  indoeuropeos. Su cultura era, por el contrario, antropocéntica y giraba  exclusivamente en torno a la guerra y la esclavitud. Souvirón observa  cómo la mitología que inventó el pueblo micénico tenía como objetivo  imponer modelos de sumisión femenina. Así Pandora, origen del mal,  Helena, causa de la guerra de Troya, Alcestis y Penélope, ejemplos de  sumisión absoluta al marido y Antígona, castigada con la muerte por  intentar subvertir el orden establecido. La mitología que luego pondría  Homero por escrito tiene un claro objetivo político, hacer pasar como un  hecho de la naturaleza un mero hecho cultural, la posición inferior de  las mujeres en la sociedad micénica.  
     Una civilización pacífica en la que sólo residían mujeres que fue invadida y transformada por las  sucesivas invasiones indoeuropeas, más exactamente la civilización Micénica y su llamada cultura de vergüenza, explicada perfectamente mediante los agentes externos como -Ate,  Menos-, continuando por su sociedad, sistema monárquico y la situación  de la mujer y su destierro legal explicado mediante los mitos de -Pandora,Helena, Penélope e Ifigenia-, mitos que los aqueos inculcaron profundamente en una sociedad altamente influenciada por la economía de guerra.
      Trata el convencimiento de que la guerra no es algo natural sino cultural, y que,  igual que la esclavitud, la desigualdad entre el hombre y la mujer o la  pena de muerte, forma parte del catálogo de cosas prescindibles.    